Cómo el HVO puede revolucionar el sector del transporte

Cómo el HVO puede revolucionar el sector del transporte

Puede que aún no sepas qué es el combustible HVO. Desde Gesruta te adelantamos que se trata de un carburante de origen biológico y producción sostenible que, a día de hoy, se utiliza de forma prácticamente testimonial.

Sin embargo, pocas dudas existen acerca de que, antes o después, se convertirá en un combustible de uso generalizado en el sector del transporte.

Qué es el biocombustible HVO

Y en concreto, ¿el HVO qué es? Empecemos aclarando qué significa el término: HVO son las siglas en inglés de Hydrotreated Vegetable Oil, lo que se traduce al castellano como “aceite vegetal hidrotratado” o “aceite vegetal hidrogenado”.

Es decir, hablamos de un biocombustible de última generación que se produce a partir de aceites vegetales. ¿Y con qué finalidad se ha desarrollado? Con la de obtener un combustible capaz de sustituir con eficiencia y sostenibilidad al gasóleo de origen fósil.

En este sentido, se diferencia de otros tipos de biodiésel en que el proceso de hidrogenación le confiere al HVO unas propiedades físico-químicas y un poder energético prácticamente idénticos a los del combustible diésel de origen fósil.

Cómo se obtiene

El proceso de fabricación del HVO, simplificado para que sea más o menos entendible, es el que sigue:

1. Obtención de la materia prima

La materia prima principal para la producción de HVO son los triglicéridos, ácidos grasos que se encuentran de forma natural en los diversos tipos de aceite vegetal.

2. Purificación de la materia prima

Estos triglicéridos se someten a un proceso previo cuya finalidad es eliminar el agua, los sedimentos y las sustancias volátiles que contienen. Un requisito imprescindible para que el posterior proceso de hidrogenación se desarrolle de forma eficiente.

3. Hidrogenación

Los triglicéridos purificados se hacen reaccionar con hidrógeno. Para ello, se emplean catalizadores (sustancias que aceleran la reacción química), caso del molibdeno y el níquel.

Como resultado de esta reacción química se producen diversos compuestos, entre ellos los hidrocarburos HVO que se emplearán como combustible.

4. Isomerización

Estos HVO primarios se someten a un proceso químico de isomerización, con el objeto de que se formen en ellos isoparafinas, sustancias que optimizan la viscosidad del HVO.

5. Fraccionamiento

El HVO se somete a un proceso de fraccionamiento para extraer de él algunos compuestos químicos. De esta forma, se obtiene el producto final deseado. Es decir, un HVO que es muy similar al gasóleo convencional.

6. Purificación

Finalmente, el HVO se purifica minuciosamente para eliminar cualquier otro residuo. El resultado es un carburante aceitoso de máxima calidad y óptimas prestaciones.

Beneficios del HVO en el sector del transporte

La gran ventaja del HVO es que se puede usar directamente en cualquier tipo de motor diésel, sea este muy antiguo o muy sofisticado, sin ninguna necesidad de modificar el motor ni los sistemas de inyección de carburante.

Y no solo eso: el HVO, a diferencia de otros biocombustibles, ofrece un comportamiento óptimo en condiciones en bajas temperaturas. Es decir, en frío no provoca problemas de arranque ni mermas en el rendimiento energético.

Además, dado que es un combustible muy estable y puro, su empleo regular reduce la formación de depósitos y residuos en los motores diésel, lo que se traduce directamente en:

  • Menos costes de mantenimiento
  • Menos averías
  • Mayor vida útil de los motores diésel

Finalmente, durante la combustión del HVO se reduce muy notablemente, respecto del gasóleo de origen fósil, la emisión de gases, partículas y óxidos de nitrógeno. Algo que, además de contribuir a la sostenibilidad ambiental, puede marcar la diferencia entre que un vehículo supere o no la ITV.

¿Es el HVO una solución sostenible para el futuro del transporte?

La respuesta correcta es que todos los indicios apuntan a que sí. Y nos explicamos. A día de hoy, hay dos barreras que se interponen entre el HVO y su uso generalizado en el sector del transporte:

  • La primera es que los costes de producción aún son demasiado altos. Esto implica que repostar con HVO en lugar de con gasóleo convencional resulta entre un 30 % y un 35 % más caro que hacerlo con gasoil convencional.
  • Lo contrario sucede con el volumen de producción de HVO: en la actualidad es demasiado bajo para cubrir una posible demanda generalizada del producto.

Sin embargo, las previsiones apuntan a que, a medio plazo, se optimizará enormemente el proceso de obtención de las materias primas necesarias para su elaboración. Y lo mismo ocurrirá con los procesos de fabricación.

El resultado previsible es que en unos pocos años:

  • Su precio se irá equiparando paulatinamente al del gasóleo convencional.
  • Su disponibilidad en las estaciones de servicio será la misma que la del gasoil de origen fósil.

Por lo tanto, desde Gesruta, tu especialista en software de gestión para empresas logísticas y de transporte, nos atrevemos a aventurar que, en un futuro no muy lejano, el combustible HVO se convertirá en una alternativa viable y sostenible al gasóleo convencional.

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